Esta asociación se mantiene al margen de ideales políticos y religiosos. Todos se respetan pero no se participa en ellos, ese espacio pertenece y se usa de forma privada por las personas que integran la comunidad, pero no en nombre de la misma.
Nuestra misión es apoyar el emprendimiento femenino. Por ende, defendemos la igualdad de derechos y oportunidades, pretendemos contribuir a la reducción de la brecha existente entre el emprendimiento masculino y femenino, y queremos ayudar a que las mujeres se formalicen con éxito y sean individuos sustentables, enfocándonos en todo el colectivo pero prestando especial atención a aquéllas que pertenecen a los estratos socioeconómicos más débiles.
Sin embargo, es preciso ampliar y dar explicaciones respecto a la responsabilidad que subyace en el hecho de fomentar el emprendimiento.
- Emprender es arriesgar, no todas se lo pueden permitir.
- No todas las mujeres quieren emprender.
- No todas tienen los atributos indispensables para aventurarse en un negocio en el que durante un tiempo sustancial primará la incertidumbre y la inestabilidad.
En este ejercicio de responsabilidad y poniendo la mirada en países más avanzados en este área, también debemos tener especial cuidado en evitar la propagación del estereotipo de la ‘SuperWoman’, esa mujer que tiene que asumir la responsabilidad en la decisión, coordinación y ejecución de las tareas domésticas, el cuidado de los hijos y de otros miembros de la familia, que tiene que cuidar su aspecto, que además es mujer trabajadora generadora de ingresos para el hogar, y que… y aquí llega el quiebre, ejecuta a tiempo completo cada una de estas ocupaciones. Esa fémina genial que todo lo puede, irreversiblemente vive en un sinvivir la mayor parte de su vida y termina ocupando su escaso tiempo libre en el diván de un psicólogo, agotada y desbordada en un entorno que incluso le parece normal. Mientras, el hombre se puede permitir considerar el tiempo que no pasa en su ámbito profesional como “tiempo libre” y de vez en cuando "ayudar" en alguna tarea doméstica, y eso también le parece normal.
Estamos profundamente de acuerdo en que esta sociedad necesita un cambio cultural, en el que hombres y mujeres asuman sin ninguna reticencia la igualdad de derechos y oportunidades, y la equidad en la conciliación de la vida personal, familiar y profesional, esto es, la total corresponsabilidad. En nuestra opinión, ese cambio cultural debe partir de las políticas gubernamentales, que necesariamente deben ser diseñadas fuera de las cuatro paredes de un despacho; necesitan del apoyo de la sociedad civil, de otras entidades tanto públicas como privadas, nacionales y extranjeras, que aseguren una visión global y multidisciplinar.
Ese entorno en el que la conciliación sea una realidad, permitirá a la mujer decidir libremente y sin cargas añadidas si quiere emprender, y si es así, nosotras estamos aquí para darle apoyo y acompañarla en todo el camino.
Mientras tanto, nuestros esfuerzos se centran no sólo en dar todo ese apoyo necesario, sino en mucho más. Somos una comunidad de mujeres que están dispuestas a apoyarse mutuamente para superar los obstáculos, una comunidad de mujeres que dan lo mejor de sí mismas para lograr el éxito en sus negocios, de forma realista, y responsable.
En un día como hoy nos vemos empoderadas para seguir defendiendo nuestros ideales: hoy ya existe el Ministerio de la Mujer. Felicitaciones!!
Rocío Ruiz
Directora de Medios y Capacitación
ONG Emprendedoras de Chile