Cuando uno se decide iniciar un negocio, es como tener un hijo, nace la idea, comienza a gatear, para luego caminar y crecer, crecer y crecer. Pues, al igual que un hijo, debe tener un nombre que lo distinga y lo haga único.
Así es como con una marca comercial bautizamos a nuestro negocio, cumpliendo con ello distintas funciones: desde el punto de vista de la emprendedora, mediante ésta logra distinguirse, es decir,
que sus productos y servicios destaquen de los de la competencia; mientras que, desde el punto de vista del consumidor, logramos que recuerde más fácilmente los productos y servicios, capitalizando una buena experiencia al repetirla y recomendando con muchas personas.
Es por ello que resulta importante el registrar la marca comercial, pues, gracias al registro de la marca ésta se encuentra protegida otorgándole a la empresaria acciones civiles y penales para ampararla en caso que otra persona la use. Todo ello le otorga un valor agregado a lo que hacemos.
Ahora bien, hoy en el siglo XXI no solo podemos hablar de marcas comerciales sino que también debemos ir inmediatamente a los llamados nombres de dominio .CL, que vienen a reflejar su marca en el mundo de internet, abriendo una ventana infinita de posibilidades de negocios y de dar a conocer los productos y servicios que realizan.
Por experiencia, siempre recomendamos que al querer “bautizar” su emprendimiento vean estas dos áreas al mismo tiempo de manera tal de asegurar que estén ambas disponibles.
Para terminar, contestando a la pregunta inicial: tanto el registro de la marca comercial como del nombre de dominio resultan fundamentales, para cualquier emprendimiento, que desee crecer y mantenerse en el tiempo.
María José Arancibia O.
Abogada