Desde hace unos años, la actividad emprendedora por parte de las mujeres en Chile ha ido aumentando de forma considerable. Y, aunque la actividad emprendedora en el país todavía es dominada por hombres, la participación femenina cada año aumenta de manera importante. En el año 2012, la Sexta Versión del Global Entrepreneurship Monitor (GEM);Mujeres y Actividad Emprendedora en Chile 2010-2011, elaborado por el Centro de Estudios Empresariales de la Mujer(CEEN), de la Universidad del Desarrollo, en conjunto con Mujeres Empresarias presentaba que el 18,4% de las mujeres, económicamente activas, se declara emprendedora, un crecimiento de casi el 20% frente a las cifras del año anterior.

 

 

 

Al igual que en otros países de la región, en Chile, explica Mary Montesinos que en Chile el machismo está muy marcado y es avalado social, politica y   legalmente. Como Estado, sí que este país fomenta la inclusión laboral de las mujeres, pero, al mismo tiempo, la mujer suele hacer el doble esfuerzo (trabajo,   casa, hijos, proveer) por una retribución menor al hombre (que generalmente tiene como tareas el trabajo y proveer), según las palabras de Montesinos.

 

Y explica la experta de “ONG Emprendedoras de Chile” que “las principales barreras de entrada para la mujer en el mundo de los negocios y laboral están impuestas por la ley. Muchas PyMEs por ejemplo no contratan mujeres porque la ley les exige tratos preferentes, como baños exclusivos, fuero maternal, entre otras cosas. Además de trabajos que siguen viendo a la mujer como un objeto de marketing más que como un aporte a la organización, en profesionales como en cafeterías o promoción de marcas, etc”.

 

No sólo Montesinos opina que el machismo es áun un problema en Chile. Los estudios sobre la percepción de los chilenos sobre este tema, le dan la razón. De acuerdo con un estudio realizado por Trabajando.com,  a través de una encuesta realizada a cerca de 3.000 personas, el 26% que aún cree que la mujer sigue siendo discriminada laboralmente, y un 11% considera que se posterga en el trabajo a causa de su familia.  Además, un 68% cree que el mayor obstáculo al que se presentan las mujeres a la hora de ascender en sus empleos no es nada menos que la mentalidad machista de gran parte de la población en el país.  Además, un 96% de las mujeres encuestadas dice que Chile sí es machista y un 80% de los hombres da la misma respuesta.

Unos consejos si quieres emprender

 

Según un informe realizado por el gobierno de Chile en el año 2013, “antes de comenzar con cualquier actividad comercial es imprescindible identificar y analizar los factores que van a influir en el éxito de nuestra idea de negocio. Por eso, previo a cualquier trámite de formalización, le recomendamos pensar en su “modelo de negocios”” y explica que el primer paso del diseño del “modelo de negocios” es conocer el mercado donde se desarrollará la idea de negocio.

 

Ya más específico, de acuerdo con Mary Montesinos, desde la ONG Emprendedoras de Chile se tiene muy en cuenta que “una mujer capacitada para emprender tendrá más herramientas para superar los obstáculos” y añade que “si no tiene que dedicar tiempo en buscar qué información necesita, en cuanto a oportunidades para crecer, porque ya la consigue previamente seleccionada y traducida a un lenguaje sencillo, puede dedicarse más a su emprendimiento”.

 

 

Cuando interactúa en una comunidad donde hay distintos tipos de emprendimientos y avances, consigue rápidamente, colaboradoras, mentoras, clientas, proveedoras, entre otras posibilidades que potencian su negocio, de acuerdo con Montesinos que añade que “también, cuando uno no consigue respuestas puede consultar su red de expertos para asesorías, presenciales o remotas vía mail o teleconferencia, y aclarar dudas a través de nuestra red de apoyo”. Todo esto, dice Montesinos, motiva a una emprendedora.

 

Explica Pilar Pardo, Directora de la ONG Emprendedoras de Chile de la Región del Biobio y que ahora cuenta con muchos alumnos y alumnas desarrollando apps y emprendimientos web, que “emprender es un camino que requiere de perseverancia, amor por lo que se quiere, trabajo en equipo y esfuerzo. El desanimarse no forma parte del idioma emprendedor, hay que formar comunidad, hay que aprovechar las instancias, debemos trabajar colaborativamente con todos quienes hacen lo mismo que yo, juntos somos más, basta de mirarnos como competencia o criticar al gobierno sin aportar”. Y añade que “creo que el principal obstáculo está en uno mismo, pero hasta eso se puede trabajar”.

 

Pilar Pardo es en sí misma una emprendedora que ha desarrollado sus propios proyectos desde hace años: “desde una Sanwichería Online hasta el formar una Comunidad de Mujeres emprendedoras en mi región y sur de Chile”. Explica que “ésta última nace de una propuesta que se me realizó desde la ONG Emprendedoras de Chile quien confió en mí para liderar este desafío el cual cada día ha evolucionado favorablemente. Comenzamos con un equipo de voluntarias y voluntarios que querían aportar con nuestras experiencias a las personas que más lo necesitan que en un principio eran muy pocas y hoy en día son más de 60 personas en menos de 3 meses en la región”.

 

Pilar Pardo explica, para motivar a otras mujeres que quieran apostar por el camino del emprendimiento, que “emprender es hacer algo que involucre generar valor, es decir, algo que aporte a una necesidad latente”. Sobre su propia experiencia, explica que “desde el 2009 comencé fomentando que mis estudiantes emprendieran en el desarrollo de aplicaciones móviles (soy docente Universitaria en dos Universidades del País), luego junto a mi familia, montamos una Sandwichería que principalmente funcionaba vía online y nos fue muy bien, pero aprendimos que cuando se tiene un proyecto, es necesario estar en él 100%, en ese período yo tuve a mi segunda hija, por lo que debí concentrar todos mis esfuerzos en mi familia por lo que lógicamente, tomo esa experiencia como un tremendo aprendizaje, fracasar es parte del proceso de emprender”. Y no hay que olvidar que “todo lo que me motiva a realizar mis ideas, es la convicción, creer que se puede cuando se quiere” y que triunfar necesita un esfuerzo.

 

Ayudas externas

 

Se han ido creando una amplia variedad de organizaciones gubernamentales y de organizaciones de iniciativa privada para fomentar la actividad emprendedora de las mujeres en Chile. Muchas de ellas ofrecen ayudas a las mujeres que tengan un mente un negocio que muestre su capacidad para triunfar en el mercado. Un dato importante es que se calcula que de lo que se invierte hoy en Chile en innovación y desarrollo, dos tercios viene del Estado y uno del sector privado. A la inversa de lo que sucede en las economías más desarrolladas, por lo que desde hace tiempo, tanto en Chile como en otros países de la región, se anima a las empresas a invertir en nuevos proyectos.

 

Además del apoyo que ofrecen diversas ONG como Emprendedoras de Chile, está Corfo, destinada tanto a hombres como a mujeres y que dice que pretende “mejorar la competitividad y la diversificación productiva del país, a través del fomento a la inversión, la innovación y el emprendimiento, fortaleciendo, además, el capital humano y las capacidades tecnológicas  para alcanzar el desarrollo sostenible y territorialmente equilibrado” y que es parte del Gobierno de Chile”. Cuenta con un programa llamado Capital Semilla que tiene como objetivo apoyar a emprendedores/as innovadores/as en el desarrollo de sus proyectos de negocios, mediante el cofinanciamiento de actividades para la creación, puesta en marcha y despegue de sus emprendimientos. Entrega hasta $40.000.000 y el beneficiario debe aportar el 25% del monto del subsidio.

 

Por otro lado, FOSIS cuenta con el ‘Programa Semilla’, que ayuda a iniciar un emprendimiento o desarrollar un trabajo por cuenta propia. A través de cursos y talleres grupales, los/las participantesdesarrollan habilidades emprendedoras; aprenden a comercializar productos, y a administrar una microempresa. Cada participante recibe un aporte financiero de hasta 300.000 pesos, llamado “Capital Semilla”, que se destina a la compra de materiales o insumos necesarios para iniciar la actividad.

 

Otro fondo a tener en cuenta es el SSAF – S (Subsidio Semilla de Asignación Flexible para emprendimientos sociales), que financia emprendimientos de innovación social y cuyo requisito es que el emprendedor tenga previa experiencia en el campo. Da un apoyo económico de hasta el 75% del monto total, con un tope de 12.000.000 de pesos chilenos, para gastos de ejecución.

 

El Capital Abeja Emprendimiento Línea 2 busca fortalecer empresas en etapa inicial y está destinado a Micro y pequeñas empresas lideradas por mujeres, con iniciación de actividades en primera categoría menor a 12 meses, a las que ofrece entre 500.000 y 1.500.000 pesos con cofinanciamiento mínimo de 20%.