Generalmente uno de los puntos de conflicto entre los emprendedores y sus trabajadores es su nivel de motivación hacia el proyecto/trabajo, por eso es importante tener en cuenta las dos visiones.
Para el emprendedor, su proyecto lo es TODO, así es, generalmente podría pasar 25 horas al día y 8 días a la semana trabajando dedicadamente, ya que la motivación que siente es casi paternal, y tiene internalizado el concepto que a mayor dedicación, mejores resultados, donde el beneficiario directo es él sin duda.
Para el trabajador, el proyecto en el que participa, generalmente es un TRABAJO, por lo que simplemente quiere hacerlo bien para recibir su retribución económica. En este punto no resulta tan fácil intentar concientizar al trabajador de los eventuales beneficios que le puede significar la prosperidad del proyecto, por lo que insisto, lo ve como un TRABAJO bajo los derechos y deberes que esto involucra.
En esta figura, es importante tener en cuenta que los motivos que hacen que estas dos personas se relaciones en un proceso son distintos, por lo que es bueno evitar pensar que un trabajador entregaría lo mismo que el líder del proyecto. Es aquí donde nacen muchos conflictos poco saludable como esperar del trabajador el mismo nivel de entrega, o peor aún, presionarlo para que sea así.
Entender estar distintas perspectivas, junto con conocer cercanamente a sus trabajadores (sus intereses, motivaciones, preocupaciones, etc.) permitirá al líder planificar y dosificar adecuadamente la disposición de sus trabajadores y así evitar agotarlo, aburrirlos, quemarlos u otro tipo de conflicto, que incluso pueden terminar en la arena judicial.
Daniel A. Rivera Moraga