¡Pame… lo tengo demasiado pendiente…y me encantaría, pero no he tenido tiempo!
Frase típica de respuesta cuando le pregunto a las personas si ya están haciendo los ejercicios que les doy, cuando deciden averiguar cómo convertir su pasión en un trabajo que las llene de manera autogestionada.
Claro, cuando pagas un coaching es más fácil. Es como ir al nutricionista para bajar de peso, como dijo una amiga. Tienes a alguien que está ahí, asegurándose de que cumplas con tus objetivos y que no te dejes llevar por las excusas.
Y cómo mi pasión es que puedas encontrar un trabajo que te llene, te dejo acá estrategias concretas para que logres tener más tiempo para dedicarle a este proyecto (ver los videos y hacer los ejercicios de mi curso online gratuito por ejemplo).
Tu mayor enemigo: la pantalla
Disminuye el tiempo que usas en redes sociales, navegando por internet, en TV o videojuegos.
Identifica cuando es que pasas más tiempo inútil y usa estrategias para evitar la tentación.
Yo por ejemplo acabo de comprarme un despertador. Paso mucho tiempo en la noche en Wasap o Facebook desde mi celular en mi cama, así que decidí dejar el celular fuera de mi pieza en las noches.
El primer paso es reconocer el problema. Para eso te dejo aplicaciones útiles para hacer seguimiento a cuánto tiempo pasas en redes sociales:
Android: Quality Time o Menthal
Iphone: Moment
Después de que tomes conciencia de cuánto tiempo pierdes, focalízate en cambiar un hábito a la vez.
¿Cuándo es que te quedas más tiempo perdiendo el tiempo frente a una pantalla?
¿Qué estrategias de control puedes usar? Puedes usar alarmas para restringirte por ejemplo.
La claves es entender cuál es el distractor más crítico y el momento en que tiendes a perder más tiempo en él.
¡Usa la ley de Pareto a tu favor!
Pareto, un italiano, descubrió esta ley de la productividad, que entre otras cosas, plantea que hay un 20% de tus actividades que te dan el 80% de los resultados esperados. Las malas noticias: el 80% restante de las actividades te dan el 20% de los resultados.
Por lo tanto, tienes que analizar cuál es ese 20% de las actividades o tareas claves que te van a dar el máximo de beneficios. Prioriza lo más importante. No te quedes en actividades que sientas que no generan un gran aporte a tu vida.
Cada vez que estés haciendo algo, pregúntate: ¿Esto que estoy haciendo, es la tarea más importante que tengo que realizar hoy, o estoy simplemente sacando la vuelta o evitando hacerla?
¡Di no al multitasking!
Si bien las mujeres nos vanagloriamos por poder hacer muchas cosas al mismo tiempo, la verdad es que cuando se trata de temas en los que se requiere pensar y no sólo hacer actos automáticos, lo mejor es ir de un tema a la vez.
La investigación ha mostrado que cada vez que te desconcentras de tu tarea, te vas a demorar un 20% a 25% más del tiempo que ibas a ocupar originalmente. Es decir, si te propusiste leer un artículo de un tema en especial, que originalmente te iba a tomar 1 hora de tiempo, y te desconcentras 4 veces (mirando tu celular, pasando a otra página, yendo al baño o haciéndote un café), ¡vas a demorarte 2 horas! Wow…
El problema entonces no es el tiempo que pasas en el otro tema, sino que tu cerebro va a requerir un tiempo para volver a focalizarse en la tarea anterior. Así que ya sabes. Desconecta otras páginas, desactiva notificaciones y a focalizarte.
Ponte metas de tiempo
Si tuvieses toda una mañana para ordenar tu bodega… ¿cuánto tiempo te demorarías? Toda la mañana. Y si tuvieses sólo 2 horas para ordenar tu bodega, ¿cuánto te demorarías? 2 horas…
Esta ley de la productividad llamada “Ley de Parkinson” (no tiene relación alguna con la enfermedad, ya lo averigué…) nos muestra que la tarea que realicemos va a demorar el tiempo que dispongamos para ésta.
Así que, mi querido amigo, para ser productivo no basta tener buena voluntad y evitar distracciones. Hay que agendar tiempos concretos. De esta manera, vas a ver como puedes ir ganando espacios preciados en tu agenda que antes estaban sólo mal administrados.
Aprende a decir que NO
Palabra mágica y para muchos (¡me incluyo!) muy difícil de usar.
Para poder aprender a decir que no, el 1er paso es saber a qué le estamos diciendo que “sí”. Tener claro nuestro objetivo, estar tan entusiasmados y enamorados de él que el decir que no, sea un decirle que sí a este proyecto que me apasiona.
El segundo paso es saber decirlo de la manera adecuada. Si comenzamos a decir que no de manera agresiva, la reacción del resto va a ser fuerte, y sólo vamos a terminar confirmando que es imposible decir que no. Así que ocupa el tacto.
Puedes decir que no de manera suave, preguntándole a la persona si puede ser en otro momento. También puedes decirles de qué manera otro podría ayudarlos. O bien buscar soluciones comunes. Por ejemplo, en mi caso un tema es el exceso de vida social. Entonces muchas veces lo soluciono haciendo que mis amigos se conozcan entre sí, para poder hacer un 2×1 por ejemplo. La clave es también saber que no es posible dejar a todos felices y contentos. O quizás sí… pero el costo probablemente sea que el único descontento vas a ser tú.
Esas serían las estrategias que te dejo hoy. Espero te sean muy útiles y, lo más importante, las pongas en práctica.
Además me encantaría saber de tu experiencia.
¿Cuáles son tus mejores estrategias para encontrar tiempo para tus proyectos?
¡Un abrazo!
Pamela Quezada
Coach
Psicología en la Pontificia Universidad Católica de Chile